miércoles, 21 de octubre de 2009

Réquiem


Pútrida evanescencia a
suspiro de ángel embelesado.

Quiebro de caricias de fina delicadeza
y destierro de lenguas entre tus abrazos.

Mellada la esencia adornada de la primavera,
tu aroma se moteó con el sonido de tus quejidos,
se enfrió el influjo caliente de mis venas
y tu perfume envenenó mis instintos.

Oh! Destino desertor de tu yugo,
no acartones mis esperanzas de verte,
el pintar mi vista de ciego demente
por inventar la obra de tu silencio de luto.

Se consume la luz en mi interior,
hasta el suspiro fatigado de cada mañana,
las peteneras del fracaso al alba,
y los aplausos vacíos de la razón.

1 comentario:

  1. "quiebro las caricias..."

    que hermosas palabras...


    me encantarón!...

    y la imagen triste y expresiva...


    saludos

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