lunes, 1 de marzo de 2010

·Soneto a Medea·


Que de cuan gesto fuerte,
tu alma me rozase
la boca sin provocarme la muerte
con tal suerte que muriera al besarse.

Llamáronle descuidado al Amor, ausente,
valiente arquero de color sin vida,
al temor de unas caricias en la mente
de ti mi Medea homicida.

Soneto anestesiado ávido de quimeras,
fronteras en el alma de miradas frías
y ardía mi alma como Troya en tus postreras.

Será el tiempo epitafio del recuerdo
para los cuerdos de cariño sin tiempo
y pedestal de frío latido cuando hayamos muerto.

1 comentario:

  1. "Será el tiempo epitafio del recuerdo
    para los cuerdos de cariño sin tiempo
    y pedestal de frío latido cuando hayamos muerto."

    :)

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