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Te vas, noches de horas prudentes,
citas con ratones y Reyes Magos,
lagos del barco Pirata ambulante
y soñar ser la suerte de los dados.
Calor, que recorría mis venas,
que llegaba sin llamar a la puerta.
No lo pensaba antes de llamar,
este fuego azul de la vereda
para recordar que no hay más.
El beso de las palabras
que calentaba más que el sol,
el no de los mordiscos en los acentos,
los asientos secretos de los deseos.
El fuego azul de lo recreos,
la luz de la risa en la imaginación,
tararear en la calle la emoción,
esos años donde todo pasaba lento,
y no pensábamos ser honestos.
Y nos hemos hecho mayores
sin el permiso de las dudas,
no vemos musas sobre la luna,
y soñamos con pesadillas
hablando con almohadas sobre excusas.
Encontré tu blog de casualidad! Eso si...una maravilla!
ResponderEliminarYo también cotillearé tu blog que lo sepas! jajaja
Un beso enorme y esta entrada... algunos seguimos viendo musas sobre la luna, verdad?
¿Enamorada?
ResponderEliminarQue va. Con una vez bastó... esos eran los restos de ello.
Así me gusta, positivismo!
A si? en una foto? madre mía... no quiero saber cual es... jajajaj