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Y gris se vuelve el iris de las miradas,
los enemigos ahora son niños
y mamás son las hermanas.
Aquellos años sin el frío,
tiritar, rozarte al besar
en saltos en el río de París,
ni se cobran besos gratis
a las puertas de Madrid.
Ir, morir,ir y empezar a vivir,
olvida respirar polvo blanco,
dale génesis a tu nariz,
énfasis a la felicidad que falta en ti,
un paréntesis a las noches sin poder dormir.
Calmo la llama,
ataca la distancia
y no se esconde el recuerdo
de esta ignorancia.
Baja y sube el precio de las nanas,
el tráfico desenfrenado de la vagancia,
la inmadurez de esta moral cada mañana
y los buenos días negros desde la ventana.
Destruyo la suerte,
apuñalo con palabras a las mentes,
los viernes solitarios de las gentes
que no saben mirar con los ojos a la vida ,
y viven con los cerrojos de la muerte.
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