martes, 31 de mayo de 2011

· !!! ·


·

Y de repente dijo le dijo èlla a èl, con
firmeza en la palabra
y fuerte timbre en la voz:

-¡Pues ahora me toca empezar olvidarte!


Y sintió morir una parte de èl en su interior...


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Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.
Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.
Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.


·

3 comentarios:

  1. precioso no se puede expreasar tanto en tan poco simplemente genial

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  2. No te vayas ahi, al menos no siempre... es una buen lugar donde cerrar las heridas, pero un mal lugar donde residir mucho mas tiempo del necesario pues es tan feltil que acabaras echando raices en un mundo muy acido.

    Guarda ese sentimiento y respetalo, todo lo que sucedio puede volver a suceder si tiene que ocurrir. Quizas lo que te falto decir, no es que fuese el momento. O puede que ese adiós no fuese tan cierto.

    De todas mientras tanto... suerte con el naufragio de los recuerdos :)

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  3. Ya sabes que no hay mal que por bien no venga y que más perdimos en Cuba y llegamos cantando.
    Sé que este optimismo pueril duele pero... aunque ahora meta el dedo en la llaga después incluso reconforta.

    Y anímate ¡qué tu no estás entre montañas de folios! [:

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