domingo, 18 de abril de 2010

·Siren·


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¿Cuántas reflexiones llegamos a hacer a lo largo de un día?, ¿cuántas veces ocupamos nuestro tiempo en no mirarnos a nosotros?, ¿cuántas ganas hechas en preocuparte y hacer feliz a otra persona?. Se ha quemado mucho la curiosidad de conocer a la gente que no conoces,porque ya no hay interés o ganas salir de estas cadenas que nos atan a un pedestal. La felicidad que proporciona una nueva sonrisa, el cambiar la rutina social, de los pasos, de los caminos escritos en los sueños de cada noche.... Es increible,cósmico,impresionante, no se puede llegar a explicar con el idioma de las palabras la sensación del escapismo de una sonrisa en el rostro de una mujer,como tú. El movimiento sensual al bailar de su cuerpo las curvas de sus caderas pintadas cuando camina a sabiendas de las miradas. Despertamos con la "ilusión juvenil" de poder ver a una persona desconocida que ponga en algunos días algo de ilusión o ganas y esperamos como niños en la mañana de reyes, el siguiente momento en el que volveremos a verlo. Aunque,a veces hay que ser realistas, no hay muchas mañanas de reyes,
ni tanto de esto .

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