lunes, 14 de diciembre de 2009

·Business·


La conocí hablando de un business
rumbo a lugares de ninguna parte,
llevaba sangre para todo un finde
y una mirada con la luz de Marte.

Solo contaba con un beso y coraje
poco equipaje y las maneras de vivir,
salir sin tener que llorar la viajera
en los viajes sin altura que han de venir.

Recorrí la ruta de sus días hasta las horas,
inventando en cada escala sus sueños,
unos negocios de la redención que enamoran
lanzando dos besos sin remite ni dueño

Las esquinas se hicieron portales
donde besarnos sin apuestas ni mentiras,
y las puñaladas sabían a labios y canciones,
que dolían cada vez que te despedías.

Confié en el balbucear de letras,
en la inocencia de mis venas
y rozamos el vivir de la calle,
luchando por cada cm de piel
en la anatomía de un sofá beige.

Se mezclaron los puntos suspensivos
de sus labios en cada boca de metro,
diciéndonos con las voces del viento
“te espero en las estaciones y aeropuertos”.

Las esquinas se hicieron portales
donde besarnos sin apuestas ni mentiras,
y las puñaladas sabían a labios y canciones,
que dolían cada vez que te despedías.

Me echaron en falta los modales
en todos los vagones sin tren,
me llamaron maleducado las madres
por inventarte con besos una y otra vez.

Solo me quedaron los huecos de fotografías
junto a las ganas de verte otra vez,
faltaron los silencios de su boca fría
al recordar como te llegué a querer.

Las esquinas se hicieron portales
donde besarnos sin apuestas ni mentiras,
y las puñaladas sabían a labios y canciones,
que dolían cada vez que te despedías
.

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