viernes, 10 de junio de 2011

· En círculos ·


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Silencio agrietado que me curte el alma
en este crimen de palabras sin patria,
tu evocación de mutismo ya sin nada
que azora mi corazón y mi labia.

Y vuelven las lágrimas de otoño sin nombre,
desde el pronombre del desastre sin luz,
de tus bordes tiernos de poder enorme
y del olvido de las secuelas en cruz.

Era un sueño de instante distraído,
el brillo de un sollozo en un Ella,
y era tarde cuando ya se había ido
y la moneda sin excusa se fue a una botella.

Descienden las esquinas del directo,
los matices que fueron afecto,
ahora son minutos sin jamás,
olvidando mi lapso atrás.

Sereno, sereno mi señoría,
me voy por todas las calles,
camas de salidas frías
y unas piernas de mujer
por pasacalle.



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2 comentarios:

  1. Eres argentino? porque hay cierto aire tanguero en este exelente poema, cierta fatalidad rioplatense flotando como una niebla sobre las palabras. Saludos

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